Muy a menudo cuando un amigo está en duelo, tenemos el impulso natural de acercarnos pero nos detiene no saber qué hacer o qué decir que sea apropiado. La incomodidad, no tener respuestas al dolor, el miedo a decir algo impropio a veces nos hace replegarnos e incluso evitar el contacto. Eso hace que la persona en duelo se sienta más aislada e incomprendida. A pesar de no tener las palabras ni el gesto adecuado es importante acercarnos con cariño y humildad: el mero hecho de dar nuestra cálida presencia, a menudo silenciosa, es ya una ayuda para la persona en esos momentos.
Queremos compartir contigo los errores más comunes que se cometen al intentar acompañar a personas en duelo. Son frases hechas , tópicos y falsas creencias que hemos aprendido de nuestra sociedad y que reflejan la dificultad que tenemos para estar presentes sin pretender minimizar ni negar el dolor del otro sino, simplemente, haciendo compañia. Los cuatro pasos...
Sé fuerte
Anímate: hazlo por tus..hijos…
Distráete que te irá bien
No llores más que te estás torturando
La vida continúa
Es ley de vida
Resígnate. Ha sido la voluntad de Dios
Ahora ya no sufre
El primer año es el peor, luego ya verás....
En seguida notarás si tu amigo/a desea o no hablar de sus sentimientos. Si lo desea, el mejor regalo que puedes hacerle es escuchas en silencio, sin intentar minimizar, aconsejar, ni paliar. Hazle alguna pregunta interesándote por lo que te cuenta. El arte de escuchar es el arte de hacer buenas preguntas.
Si se emociona al contarte lo que vive, no intentes evitar o parar su expresión. No te preocupes, llorar no hace daño a nadie. Lo que hace daño son las lágrimas no vertidas que se pudren dentro del corazón cerrándolo.
Los símbolos o rituales nos permiten expresar aquello para lo que no tenemos palabras. Los objetos, fotografías, los días especiales, el funeral, una música, ayudan a la persona en duelo a conectar con recuerdos y sentimientos. Este reabrir del dolor no debemos verlo como una recaída o algo que se deba evitar, sino como una nueva oportunidad de reexperimentar el dolor y de encontrar nuevos significados que nos ayuden a aceptar lo sucedido.
Acompañar a nuestros amigos al cementerio, a revisar el álbum de fotos, a pasear por los sitios que traen recuerdos es una buena manera de ayudar y facilitar la elaboración del duelo. Al servir de apoyo y compañía, esos objetos, símbolos o ritos pueden facilitar a la persona en duelo la elaboración de una nueva narración de lo sucedido, con significados más aceptables que permitan la restauración del sentido de conexión, plenitud y paz.